Tras realizar el ejercicio de las formas evocadoras en clase me asaltaron diferentes dudas acerca de las capacidades creativas. Aunque cada persona es diferente por sí misma me preguntaba cómo afectaría la edad y el sexo a las capacidades creativas.
Así, el 24 de diciembre a las dos de la madrugada, después de la cena de navidad y sus correspondientes copas (sirva esto de atenuante o no), decidí utilizar a mi familia como conejillo de Indias realizando el mismo ejercicio creativo que hicimos en clase. Diecinueve personas fueron los sujetos que realizaron dicho experimento. De éstos, catorce personas eran mayores de edad con edades comprendidas en grupos de entre treinta y cuarenta años, cuarenta y uno y cincuenta años; y de cincuenta y un años en adelante. Aparte, realicé el mismo ejercicio con mis cuatro primas pequeñas, las cuales tienen una edad comprendida entre los cinco y los doce años.
Tras realizar el ejercicio con las mismas dos formas que utilizamos en clase durante un tiempo aproximado de dos minutos para cada una los resultados fueron los siguientes:
Obteniendo una media por sexos, el género masculino tiene una media de 9,1 objetos entre ambos ejercicios, mientras que el género femenino tiene una media de 7,45 objetos.
Al realizar la media por edades los resultados sugieren que las personas entre treinta y cuarenta años de edad son los más creativos de los tres grupos. No obstante, la diferencia con el siguiente grupo (de cuarenta y un años hasta cincuenta) no es muy significativa (0,3 objetos). Sin embargo, la diferencia entre los que tienen entre cincuenta y un años en adelante si es bastante mayor, 9,4 objetos de los más jóvenes frente al 6,55 de los más mayores.
Aunque el experimento sólo se realizó con catorce personas y ésta es una muestra muy pequeña, los resultados entre las edades confirman mi presentimiento sobre que las personas jóvenes son más creativas y tienen menos bloqueos a la hora de dejarse llevar por la mente creativa.
En lo referente al experimento realizado con los sujetos infantiles, decidí darles algo más de tiempo ya que son algo más lentos a la hora de escribir que los adultos. Quizás, era este grupo de edades el que más me interesaba estudiar ya que siempre me ha parecido que los niños son las personas más creativas. Los resultados demuestran que tienen menos bloqueos y tienen una mente más creativa ya que los objetos que les fueron evocados eran muy diferentes entre sí, además de tener una media algo mayor que los demás grupos. Además, algunos de los objetos que describieron puede que nunca se le hubiera podido escribir a una persona con mente adulta.
A lo peor no se pueden sacar muchas conclusiones de este experimento, pero eso sí, pasamos una madrugada de navidad diferente, divertida y creativa.