miércoles, 11 de enero de 2012

Rompiendo las barreras: Los bloqueos creativos: cognoscivos, emotivos y culturales.

Como su propio nombre indica, los bloqueos creativos son aquellos bloqueos que nos afectan imposibilitando que desempeñemos las actividades creativas. Los bloqueos pueden ser de diferentes tipos: cognoscivos, emotivos y culturales.
Los bloqueos cognoscivos son aquellos que nos afectan interiormente. Afectan a nuestros procesos mentales, ya sean en los planteamientos que realizamos, las percepciones que tenemos o la incapacidad de cambiar de enfoque para buscar una nueva solución.

Cualquiera de estos bloqueos desembocan en un estancamiento de la mente en una determinada forma de pensar, un determinado proceso o una sola solución. Afectan a la percepción de lo que realmente se está tratando: la creatividad, y ésta, no siempre tiene que ser obtenida por un camino, sino que se tiene que buscar una solución a la altura del fin que buscamos obtener. Alvin L. Simberg denominó a estos bloqueos “Bloqueos perceptuales”, debido a como he dicho anteriormente bloquean la propia percepción de la persona.
Quizás, para resolver este tipo de bloqueos deberíamos optar por diferentes vías tales como intentar aislar el problema que tenemos o sacarlo del contexto que lo rodea para así, poderlo observar con mayor precisión; en otras ocasiones, la solución puede consistir en intentar estudiar con detenimiento el problema con el fin de entenderlo realmente.
Aparte de estos bloqueos, los emotivos son otro tipo de bloqueo que radica en la persona en sí misma. Sin embargo, éstos más que estar relacionados con bloqueos de la mente, están relacionados con bloqueos en las emociones y los sentimientos.

Las personas somos seres sentimentales y pasionales, es decir, nuestros sentimientos y nuestras pasiones nos afectan en todos nuestros ámbitos. Así, si nuestro estado de ánimo y nuestras emociones son positivas, nuestras capacidades creativas serán mayores que si nuestras emociones son negativas. Tanto las positivas como las negativas, si son muy fuertes pueden llegar a bloquearnos; pues, por un lado, las emociones positivas en exceso pueden llevarnos a bloquearnos de una manera en la que seamos poco estrictos con alguna decisión que tengamos que tomar si esta afecta a algo o alguien a lo que estemos vinculados positivamente. Por el otro lado, las emociones negativas impedirán que veamos el lado positivo de algo que puede resultarnos negativo.

Otros bloqueos emotivos pueden estar directamente relacionados con la imagen que tenemos de nosotros mismos o la que tengan los demás; por tanto, puede bloquearnos el hacer el ridículo ante los demás por tomar una determinada decisión, el miedo a fracasar al tomar la decisión o el propio miedo a innovar e indagar en lo desconocido; pues si tomamos una decisión nueva ésta puede ser rechazada por los demás al ser diferente de lo que están acostumbrados.

Por último se encuentran los bloqueos culturales. Los culturales, a mi parecer y en mi propia experiencia son quizás los más influyentes, pues son los derivados de la propia sociedad. Desde que nacemos y hasta que morimos estamos vinculados a una serie de reglas de comportamientos, reglas estéticas, etc. que nos intentan guiar y convencer de lo que está bien y de lo que está mal, de lo que se lleva y de lo que no, lo que está bien visto y no, etc.

Es muy difícil no seguir estas normas, pues al ser seres sociales siempre intentamos estar integrados en el grupo y la sociedad. No obstante, en ocasiones, no seguir estos dictámenes nos puede conducir a variados y numerosos comportamientos creativos. Para tener un comportamiento creativo no hay que ser conformista, hay que romper las barreras y ser nosotros quien fijemos nuestro límite creativo.

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